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viernes, 8 de junio de 2012

THE CURE BRILLA EN BARCELONA

THE CURE ENGRANDECE SU LEYENDA CON UN CONCIERTO MAGISTRAL EN BARCELONA (PRIMAVERA SOUND) !!
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“…Alguien murió solo por esto, alguien murió solo por un beso…” y con la última estrofa de la mítica e inesperada “Just One kiss“, las lágrimas corrieron el rimmel de los más veteranos fans de The Cure que atónitos formaban parte de la legión de 44.000 almas que batieron el récord de asistencia jamás registrado en el Primavera Sound.

“…Alguien murió solo por esto, alguien murió solo por un beso…” y con la última estrofa de la mítica e inesperada “Just One kiss“, las lágrimas corrieron el rimmel de los más veteranos fans de The Cure que atónitos formaban parte de la legión de 44.000 almas que batieron el récord de asistencia jamás registrado en el Primavera Sound. Tres horas de concierto, tres horas de catársis emocional de la mano de un Robert Smith que firmó en Barcelona el que para buena parte de la crítica musical especializada ha sido “El concierto del año” en nuestro país. Un show magistral donde el mítico grupo británico sentó cátedra y demostró que su “leyenda” sigue vigente por encima de épocas, modas y demás coyunturas espaciotemporales. Los de Crawley llegaron, vieron y vencieron ante un público entregado de antemano que entendió que por encima de “clichés” (no seremos nosotros quienes reiteremos términos tan manidos como los de oscuridad o melancolía), la razón por la que The Cure es un tótem referencial y uno de los grupos más influyentes de la historia de la música contemporánea se basa principalmente en su principal legado: sus canciones.
 Es posible que el de Barcelona no fuera un setlist conceptual como el de otras giras, pero ni falta que hizo… En el Primavera, Robert Smith arrasó con un setlist maratoniano donde nos demostró que su paleta está formada por tantos colores como tipos de fans se dieron cita en su concierto y de esta polivalencia su influencia: visible en buena parte de los grupos que llenan escenarios en las últimas decádas y que deben buena parte de su sonido a las composiciones del icóno de Crawley. De negro y con la formación más profesional sobre el escenario que un servidor recuerda, las campanas de “Plainsong” abrieron un concierto antológico que fue creciendo en intensidad hasta límites insospechados.
 Robert Smith volvió a rodearse en directo de una banda de músicos, retorno a la formación clásica de cinco componentes, cimentada en el eterno bajo de Simon Gallup (quien esa misma noche cumplía 52 años y a quien Smith dedicó las notas finales del clásico “A Forest“), los atmosféricos teclados de Roger O’Donnell (quien interpretó una de las tomas más arrebatadoras de “Trust” que se recuerdan), un Jason Cooper que acalló cualquier crítica con la versión más potente a la batería que se le recuerda (véase “Want” como ejemplo), y especialmente con la incorporación del mítico Reeves Gabrels a la guitarra. Y es que mención aparte merece el Ex-guitarrista de Bowie que tan solo con dos conciertos en The Cure a sus espaldas hizo salir de sus cuerdas las versiones más contundentes y cristalinas que se recuerdan de canciones como “From the Edge of the Deep green sea“, “Wrong Number” o “One Hundred Years” por citar tan solo algunos ejemplos. Un concierto cargado de sorpresas donde los advenidizos de “greatest hits bajo el brazo” pudieron disfrutar de versiones modélicas de himnos como “Pictures of You“, “In Between Days“, “Just Like Heaven“, “Lullaby“, “The Walk“, “Friday I’m in Love“, “Close to Me“, “The Lovecats” o un “Boys Don’t Cry” coreado por miles de gargantas con el que se puso el broche de oro al repertorio. Pero Smith, cuyo feeling con el respetable le llevó a sonreir y bailar sobre las tablas más de lo que en él es habitual, tenía varios “Ases en la manga“, trucos inesperados que un fan nunca esperaría en el marco de un festival y que se convertirían en los grandes momentos de la noche.
Tras la inclusión de gemas pop no intepretadas por el grupo durante años como “High“, “Mint Car“, “Bananafishbones” o “Doing the unstuck” (en homenaje al álbum wish que cumple ahora 20 años), The Cure ofreció varias tandas de bises cargadas de sorpresas que elevaron el show al plano de leyenda. The Cure nos hizo viajar en el tiempo para contarnos que en aquel álbum doble titulado “Kiss me Kiss me Kiss me” su lengua era como el veneno con una versión de “The Kiss” donde las guitarras entrelazadas de Smith y Gabrels hicieron desplomar el cielo barcelonés para posteriormente acunarlo en “If Only Tonight We Could Sleep” que con sus aires orientales dió paso a una de las grandes sorpresas de la noche: “Fight“.
 De vuelta al escenario The Cure nos introdujo en una montaña rusa de sensaciones donde el paisaje hedonista y encantador de “Dressing Up” nos condujo a un “The Blood“, tocado magistralmente con dos guitarras españolas, que nunca falla en su paso por España.
 Pero quedaba una bala en la recámara, una sorpresa con la que abríamos este relato y que para muchos ya justificaría el viaje realizado desde miles de Kilómetros de distancia en algunos de los casos… En “Just One Kiss“, Robert nos recordó que una noche viajó hasta la oscuridad para conseguir que la reina de Siam cayera en sus brazos y que hubiera muerto tan solo por conseguir uno de sus besos.
 Esta vez, lejos de morir, Smith resucitó la leyenda de The Cure y elevó su nombre a un cielo de Barcelona que desde esta misma primavera cuanta cada noche con una nueva estrella.

 Iván Valls - @ivan_valls www.hispacure.com - @hispacure

Fuente HIspacure por Iván Valls


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